Las inyecciones de colágeno se han utilizado por décadas para tratar imperfecciones menores de la piel del rostro, entre ellas, líneas de expresión, arrugas, patas de gallo, pliegues y cicatrices causadas por el acné. El colágeno también se utiliza para incrementar el volumen de labios y mejillas y se puede utilizar para tratar zonas del pecho, la espalda y el cuello. Sin embargo, son las más comunes las inyecciones faciales de colágeno. En la mayoría de los casos, el tratamiento con colágeno se combina con otros procedimientos como estiramiento facial o rejuvenecimiento cutáneo con láser.

La mayoría de la gente que opta por el tratamiento con colágeno tiene entre 35 y 60 años y le gustaría minimizar los signos tempranos de envejecimiento, tales como líneas leves o moderadas en la zona nasolabial y de la frente. El tratamiento de inyección de colágeno también puede utilizarse para lograr labios con más volumen y más atractivos, así como para retocar las zonas de alrededor de la boca y la frente, donde las arrugas han comenzado a reaparecer luego de procedimientos estéticos anteriores.